sábado, 14 de marzo de 2015
María Eugenia Vaz Ferreira
Único Poema
Mar sin nombre y sin orillas,
soñé con un mar inmenso,
que era infinito y arcano
como el espacio de los tiempos.
Daba máquina a sus olas,
vieja madre de la vida,
la muerte, y ellas cesaban
a la vez que renacían.
¡Cuánto hacer y morir
dentro la muerte inmortal!
Jugando a cunas y tumbas
estaba la Soledad
De pronto un pájaro errante
cruzó la extensión marina;
Chojé Chojé repitiendo
su quejosa marcha iba.
Sepultóse en lontananza
goteando Chojé Chojé ;
desperté, y sobre las olas
me eché a volar otra vez.
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